1- No tendrás dioses ajenos delante de mí.


 

Nuestra profe, Maika, que ya sabéis que siempre tiene ideas raras (aunque al final molan), nos dijo que esta semana íbamos a hacer algo muy especial:
escribir un cuento para peques de 4 años sobre el primer mandamiento.
Sí, sí… el de “No tendrás dioses ajenos delante de mí”

Y claro, nosotros nos quedamos como: ¿Un qué?,  ¿Para quién?,  ¿Cómo se hace eso? Somos niños y niñas de sexto, no sabemos escribir cuentos.

Pero lo mejor vino después. Porque no solo era un cuento, ¡tenía que estar hecho con la ayuda de la inteligencia artificial!
Según Maika, ChatGPT era nuestro compañero de equipo. En lugar de tres: Flores, Francisco y Saúl, seríamos cuatro con el Chat.

Al principio pensábamos que sería facilísimo. Así que sin pensar mucho escribimos este prompt (que es como el mensajito que le mandas a la IA para que te ayude):

Parecía muy fácil así que escribimos nuestro pront: "Escribe un cuento para que los niños se hable sobre el día de reposo."

Ya teníamos el trabajo hecho. 

Y  claro… como podéis imaginar, la profe soltó una risa (con cariño, eh), pero nos miró con esa cara de “vamos a pensar un poco más”.
Nos explicó que la IA no es adivina y que si no le decimos bien lo que queremos, va a inventarse otra cosa. Y eso pasó.
Encima… ¡ni siquiera era el mandamiento correcto! Habíamos mezclado todo 

Entonces, nos propuso algo muy interesante:
“Podéis pedirle a la IA que os ayude a mejorar vuestro prompt. Podéis decirle que os haga preguntas para entender mejor lo que queréis.”

Así que lo hicimos. Le escribimos esto:

“Hola ChatGPT, queremos hacer un cuento sobre el primer mandamiento que dice ‘No tendrás dioses ajenos delante de mí’, para niños de 4 años. Es la primera vez que usamos esto. ¿Nos puedes ayudar a hacerlo mejor? Pregúntanos lo que necesites.”

Y la IA nos contestó súper bien. Nos hizo preguntas para aclarar todo:

¡Por supuesto! Para ayudarte a crear un cuento bonito, tierno y con sentido para niños de 4 años, necesito saber algunas cosas:

  1. ¿Qué mensaje queréis transmitir con el mandamiento? (Por ejemplo: que solo Dios debe ser el más importante en nuestro corazón).

  2. ¿Qué tipo de historia queréis? ¿Moderna, de fantasía, con animales, con niños…?

  3. ¿Quién es el protagonista? ¿Un niño, un anima.?

  4. ¿Queréis que el cuento tenga una moraleja al final?

  5. ¿Dónde queréis que suceda la historia? ¿En una casa, en el bosque, en un pueblo…?

Así que lo pensamos juntos y respondimos esto:

Queremos que el cuento enseñe que no hay que poner otras cosas por encima de Dios.
Puede ser con niños, pero queremos que salga Mensajero, que es nuestro burro de color gris con alforjas rojas y que esté ayudando.
Queremos que sea tierno, corto y fácil de entender.
El mensaje debe ser: Dios debe estar primero en nuestro corazón, no las cosas materiales.
Que pase en una ciudad o en un parque.

Con todo eso, el Chat nos respondió con un prompt ya mejorado que decía:

“Crea un cuento corto y tierno para niños de 4 años, inspirado en el mandamiento ‘No tendrás dioses ajenos delante de mí’. El mensaje debe ser que Dios es lo más importante y que no hay que amar más a los juguetes o cosas materiales que a Él. Usa como personaje guía a un burro gris con alforjas rojas llamado Mensajero. La historia debe ocurrir en un parque de la ciudad y tener un final con una lección clara y positiva.”

¡Y ahora sí que nos gustó!
Estaba todo claro, bien dicho y adaptado a lo que queríamos.

Así que se lo pedimos… y la IA nos creó el cuento.

(Y por cierto… quedó precioso. Pero eso ya es otra historia 

📖 Cuento generado: “El tesoro de Bruno”

Bruno era un niño muy feliz que vivía en una ciudad llena de columpios, toboganes y heladerías. Su juguete favorito era un robot que hacía luces y ruidos. ¡Le encantaba tanto que dormía con él, lo llevaba al cole y hasta al baño!

Un día, en el parque, apareció un burro muy curioso: gris, con unas alforjas rojas. Era Mensajero. Caminaba lento, pero con mirada sabia.

—Hola, Bruno. ¿Qué llevas ahí tan apretado? —preguntó.

—¡Mi robot! Es lo que más quiero en el mundo —respondió Bruno.

Mensajero se sentó junto a él y dijo:

—¿Más que a Dios?

Bruno se quedó pensando. Nunca lo había pensado así.

Mensajero abrió su alforja y sacó una piedrita con forma de corazón.

—Dios quiere vivir en tu corazón —le explicó—. Pero si está lleno de cosas, no tiene espacio. No está mal tener juguetes… lo importante es que Dios siempre esté primero.

Bruno abrazó su robot… y luego lo metió en la mochila. Cerró los ojos y dijo:

—Dios, quiero que seas mi primer amigo.

Y Mensajero sonrió. Su misión estaba cumplida.

FIN 


 Aprendimos que a la IA hay que explicarle bien lo que queremos porque no adivina nuestros pensamientos, que tenemos que pensar bien lo que queremos, trabajar en grupo es muy divertido y tenemos que aprender a escucharnos.

El lunes que viene haremos nuestro segundo cuento.


Comentarios