3- No tomarás el nombre de Dios en vano


¡Hola! Somos los chicos y chicas de Sexto A, y os queremos contar lo que hicimos con la profe Maika. Nos propuso una actividad que nos pareció muy divertida: crear cuentos para alumnado de 4 años sobre los Diez Mandamientos. A nuestra clase nos tocaron los mandamientos 3, 6 y 9, y nos emocionamos mucho más cuando supimos que íbamos a usar la inteligencia artificial (IA) para escribir los cuentos… ¡sí, el famoso ChatGPT!

Nuestro primer mandamiento, es decir, el tercero es "No tomarás el nombre de Dios en vano". 

Al principio no sabíamos muy bien cómo pedirle ayuda a la IA. Solo sabíamos que queríamos hacer un cuento bonito, pero no teníamos claro cómo hablarle a ese “robot inteligente”.

Primero nos pusimos a charlar sobre lo que significaba ese mandamiento, y entre todos llegamos a la idea de que usar el nombre de Dios en vano es decirlo por tonterías, en enfados o cuando uno se asusta.

Así que nuestro primer intento fue este prompt:

“Haz un cuento con alguien que dice muchas cosas feas y luego cambia.”

La profe lo leyó y nos dijo:
—Este mensaje está un poco confuso, la IA no entenderá bien lo que queréis. No ponéis para qué edad es el cuento, ni mencionáis a Dios, ni decís qué personaje queréis usar.

Entonces nos animó a pedir ayuda de forma más clara. Así que le escribimos a la IA:


Entonces le dijimos directamente a la IA:

“Hola, somos de sexto y es la primera vez que usamos esto. Queremos hacer un cuento sobre el mandamiento de no decir mal el nombre de Dios, pero no sabemos cómo pedirlo bien. ¿Nos ayudas?”

 Y la IA respondió muy simpática:

¡Hola, grupo de sexto! ¡Qué ilusión ayudaros! Para poder crear un cuento muy bonito, necesito saber algunas cosillas:

  1. ¿Para qué edad es el cuento?

  2. ¿Queréis que sea divertido, tierno, con aventura…?

  3. ¿Tenéis algún personaje que queráis usar?

  4. ¿Cómo queréis que se aprenda el mandamiento en la historia?

  5. ¿Qué enseñanza debe quedar clara al final?

Con estas preguntas todo nos resultó mucho más fácil. Hablamos, opinamos y votamos ideas. Finalmente escribimos:

“Queremos un cuento para niños de 4 años sobre no decir el nombre de Dios por tonterías. Que aparezca un burro de color gris y alforjas rojas, que ayuda a alguien que grita ‘¡Dios mío!’ cuando se asusta.”

Entonces la IA nos ayudó a mejorarlo y nos propuso este prompt final:

“Escribe un cuento para niños de 4 años sobre el tercer mandamiento: ‘No tomarás el nombre de Dios en vano’. El cuento debe mostrar que no debemos decir el nombre de Dios cuando estamos enfadados, asustados o jugando. El personaje principal será un burro gris con alforjas rojas llamado Mensajero, que enseña a alguien pequeño a respetar el nombre de Dios. El tono debe ser dulce y sencillo, con una enseñanza clara al final.” 

¡Y lo conseguimos! Ya teníamos un prompt perfecto y solo faltaba que la IA nos escribiera el cuento.

¡Qué divertido fue ver como ella nos creaba un cuento! Aquí os lo dejamos.  

🐾 Mensajero y las palabras importantes

Había una vez un burrito gris con alforjas rojas llamado Mensajero. Vivía en un tranquilo pueblo de colinas verdes y flores de colores. Mensajero era muy sabio, aunque no lo decía nunca. Le gustaba ayudar a los más pequeños a entender las cosas importantes.

Un día, escuchó a su amiga Nina, una conejita curiosa, gritar desde lo alto de un árbol:

—¡¡¡Dios mío!!! ¡Una abeja me sigue! ¡¡¡Dios mío, qué miedo!!! 😱

Mensajero levantó las orejas y caminó con calma hasta el árbol. Cuando Nina bajó corriendo, él le sonrió y le ofreció una zanahoria que guardaba en su alforja.

—Gracias, Mensajero… pero ¿por qué me miras así?

—Nina —dijo el burrito—, ¿sabes que el nombre de Dios es muy especial?

—¿Sí? —preguntó Nina, ladeando su cabecita.

—Sí. Es un nombre que no se usa para cualquier cosa. No es como decir “ay” o “¡oh cielos!”. Es un nombre que usamos para orar, agradecer, o cuando hablamos con amor y respeto.

—Oh… yo lo digo mucho cuando me asusto o cuando algo me sale mal… —dijo Nina, bajando las orejitas.

Mensajero se agachó para estar a su altura.

—No te preocupes, Nina. Todos aprendemos. Pero desde hoy, cada vez que te asustes o te enfades, puedes decir “¡Caramba!” o “¡Uy, qué susto!”, y guardamos el nombre de Dios para momentos especiales.

Nina sonrió y abrazó a Mensajero.

—¡Lo haré! Gracias por enseñarme.

Desde aquel día, Nina fue muy cuidadosa con sus palabras. Y cada vez que decía el nombre de Dios, lo hacía con cariño y respeto.

Y así, todos en el pueblo aprendieron que hay nombres tan importantes… ¡que merecen ser tratados con amor!

Enseñanza final:

El nombre de Dios es muy valioso. No lo usamos para jugar, gritar o enfadarnos. Lo usamos con respeto, porque Dios nos ama mucho.

Nos dimos cuenta de que escribir un promt no es tan fácil, es necesario pensarlo mucho y explicar todo lo que queremos que tenga en cuenta. También aprendimos que es necesario saber escucharnos los unos a los otros, porque esto nos ayudó a generar un mejor promt. Otra cosa que aprendimos es lo importante que es respetar el nombre de Dios y no usarlo de forma vana.

¡La semana que viene seguimos con otro mandamiento! Pero esta vez, cada uno pensará en casa qué significa, para tenerlo más claro en clase.

¡Hasta la próxima historia!
Sexto A 

Comentarios